Rompemos relaciones que podrían hacernos felices porque no encajan en el “molde” para el que fuimos diseñadas.

✨⠀Rompemos nuestro cuerpo, lo troceamos y manipulamos para que sea “perfecto” o aceptable para esta sociedad. Rompemos nuestros sueños para que encajen con los sueños que otros no pudieron cumplir. Hacemos pedazos nuestra esencia, nuestra personalidad, nuestra magia, lo que nos diferencia por parecernos a todos los demás.

Si... nos rompemos en pedazos para “encajar”. Y encajar no es lo mismo que “pertenecer”. ⠀
Encajar es evaluar una situación y convertirnos en lo que HAY QUE SER para que nos acepten. Mientras que PERTENECER no nos exige cambiar lo que somos, nos exige SER lo que SOMOS.

Para “encajar” siempre debemos ser algo que no somos, debemos seguir patrones y reglas con las cuales estemos de acuerdo o no. Pertenecer nace de otro lugar, de un lugar de sentirnos amadas y aceptadas. ✨⠀

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Si, lo se, las máscaras nos ayudan a sentirnos más seguras aunque terminen siendo asfixiantes. La armadura logra que nos sintamos más fuertes aunque acabemos agotadas por terminar cargando ese peso de más.

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Pero si yo me pongo y tú te pones tu armadura, no conectamos. Y esa es la paradoja: “la vulnerabilidad es lo último que quiero que veas en mí, pero lo primero que busco en ti”

Ya no mas. Quiero que me veas vulnerable y herida, quiero que veas mis cicatrices para que sepas que tú también puedes sanar. Quiero pertenecer donde realmente pertenezco, no tengo miedo de que se muera esa tierra donde ya no podía sembrar, perdóname si no me ajusto a tu molde, si no entiendes mis elecciones o mi forma de vida. No, ya no quiero encajar.

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